Ella decidió lanzarse al vacío.
Bueno, realmente no lo decidió. Simplemente no pensó nada. Se dejó llevar por su corazón y apagó la voz de la razón que le gritaba en su cabeza que estaba cometiendo una locura, pero no supo lo que le decía.
Pero él se quedó de piedra. Y supo que tendría que haber escuchado a su cerebro. Se había precipitado.
<<Lo siento si te has sentido incómodo por mi culpa... yo no quería eso. Es que yo...me confundí, estábamos tan bien que yo... yo creí que...>>
<<Creías bien>>
Y él le devolvió el beso.
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