Apareció en mi vida como una superheroína.
No llegó con un traje de colores chillones y brillantes.
Ni con una capa que la protegiese del fuego.
No poseía una fuerza descomunal.
Ni la rapidez de un rayo.
No tenía la habilidad de hacerse invisible.
Ni podía teletransportarse de una punta a otra del planeta.
Pero sus ojos llenaron de luz la oscuridad de los míos.
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