1/7/15
El ángel que se fue antes de tiempo
Sin duda, él era un ángel. No tenía alas. No tenía un halo de luz sobre su cabeza. No iba vestido siempre de blanco ni podía volar. Pero era un ángel. Con sus cosas buenas y sus cosas malas. Con sus defectos y sus virtudes. Porque nadie es perfecto. Era amigable, era divertido, simpático, generoso...pero también era reservado, egoísta y extremadamente orgulloso.
Aun así, era un ángel que se fue demasiado pronto. Nunca llegamos a valorar realmente lo que tenemos hasta que lo perdemos. Cuando lo tenemos, realmente lo agradecemos, pero damos por hecho que siempre estará ahí y que no se irá nunca de nuestro lado. Era un ángel. Se fue para siempre. Puede que nadie vuelva a verlo jamás. Tal vez Dios sí sepa dónde está. Quizás, alguien le hace compañía. Otro ángel. Sin duda fue un ángel. Debería seguir siéndolo, no habiendo perdido su esencia. Contra todo pronóstico y sin pruebas concluyentes, pienso que sigue estando en algún sitio. En un lugar reservado especialmente para él.
Este texto forma parte del libro "Pensamientos desastrosos".
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