Desde la ventana del autobús que me lleva de vuelta a casa veo como llueve. Hay gotitas en el cristal. Las más gordas, impulsadas por su propio peso y la ausencia de algo en lo que apoyarse salen rodando, arrastrándose unas con otras, hasta que llegan al final de la ventana y comienzan a estancarse.
Este texto forma parte del libro "Pensamientos desastrosos". No copies.Todos mis textos están registrados en SafeCreative y expuestos deviantART.
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