Se sintió desplazada. Estaba celosa, celosa de no poder ser ella. Sabía cuándo sobraba, el final de su corta historia de amor había llegado a su fin. No dijo nada. Se limitó a darse media vuelta y marcharse. No podía quedarse contemplando toda aquella felicidad ni formar parte de ella. Justo en aquel instante le miró como si ya la hubiera dejado, como si ya no fuera su novio. Lo miró, echándolo de menos. Nadie se dio cuenta de que se había marchado.
Este texto forma parte del libro "Pensamientos desastrosos".
No copies. Todos mis textos están registrados en SafeCreative y expuestos deviantART.
No hay comentarios:
Publicar un comentario