27/5/16
La mujer de la cueva
Cuenta la leyenda que una mujer de alta clase, que hacía años había sido la más hermosa, se había enamorado locamente de un minero. Ella lo esperaba en una cueva, muchísimo más lejos de las afueras de la mina, para que nadie la viera. Él se dirigía a su encuentro y ambos, a escondidas, consumían su amor. Ella siempre se reía de una forma contagiosa y encantadora que hacía que el minero se enamorara de ella con cada risa cada día más.
Cuando la familia de ella se enteró de aquella situación, también lo hizo el resto de habitantes del pueblo en que residían y la humillación y vergüenza fue motivo de habladurías sobre aquel acto considerado innoble. La familia de ella decidió encerrarla en una cueva para que no volviera a ver al minero, mientras que a él lo desterraron del pueblo, teniendo que emigrar a otro país.
Años después, cuando fueron a buscarla, no la hallaron. Sus familiares no volvieron a encontrarla nunca más ni a saber de ella. Sin embargo, cuenta la leyenda que su alma sigue en aquella cueva y que cada vez que un hombre se acerca a la cueva y la escucha reír, se siente atraído hacia ella, se adentra en su interior y no vuelve a salir nunca más.
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